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Eloy Fernández Navamuel
Militar y piloto Torrelaveguense
       Eloy Fernández Navamuel, nació en Torrelavega (Cantabria), en la Plazuela de San José el día 14 de febrero de 1.899 y falleció en Madrid en 1.964, era uno de los seis hermanos, fruto del matrimonio de sus padres D. Matías Fernández y Dª Modesta Navamuel, que eran oriundos de Bárcena de Pie de Concha, pero que residían en la Ciudad del Besaya, regentando una librería papelería. En su juventud asiste a la escuela de D. José Fernández Esteban, destaca  tanto en dibujo lineal como artístico, fue un buen estudiante muy talentoso y de carácter muy activo. Cumplida la mayoría de edad, 1.917, marchó a París a para estudiar francés, regresando a Torrelavega, con el título y diploma de haber superado los exámenes correspondientes del idioma francés. Con inquietudes literarias, con 19 años escribe una obra de teatro "Flor de la Aldea" que se estrenó en el Teatro Principal de la ciudad.
      A partir de estas fechas sobre 1.921 decide tomar un nuevo rumbo a su vida, ingresando como voluntario en el Ejército Español de la Monarquía, Alfonso XIII, siendo destinado al Regimiento de Lanceros del Rey en la ciudad de Burgos, con la graduación Suboficial. Pasado un tiempo en el Regimiento, decide cambiarse al Arma de Aviación, porque es un apasionado del vuelo y su sueño era volar, logrando el título de piloto al año siguiente de su incorporación.

      Destinado al Aeródromo de Tablada, pasa a la campaña de Marruecos, participando en el desembarco y toma de Alhucemas, consiguiendo ser el aviador más laureado del país, logrando siete cruces al mérito militar, treinta condecoraciones y la medalla al sufrimiento por la patria. Debido a un accidente aéreo, resulta herido y en 1.928 regresa a la península donde es nombrado Jefe de la Escuadrilla de Junkers de Getafe y más tarde Jefe de la Primera Escuadrilla de Caza Nieuport en Tablada (Sevilla). Fue ascendido a Alférez, sale destinado a Madrid donde se instala con la familia: su esposa Dª Dolores Mateos y sus tres hijos José Luis, Eloy y Fernando, junto a su hija adoptiva, huérfana, de la guerra de Marruecos.


       Sobre 1.930 emprende un proyecto de divulgación de España, su cultura y economía por diferentes países americanos. Junto al aviador vasco Lázaro Echevarría, con una avioneta norteamericana como medio de transporte, arrancan un periplo de visitas: Cuba, México, Ecuador, Bolivia, Brasil y Venezuela y otros estados.

       Una vez regresado a España y habiendo cambiado el régimen, a la II República, obtiene el título de aviador de 1ª categoría. Se dedicó al avistamiento y localización de prisioneros españoles retenidos en el Sahara Francés, por tribus bereberes y nativos, estos trabajos los realizó acogiéndose a la "Ley Azaña", por la cual pasaba a la reserva, manteniendo la paga militar. Siendo ya Teniente Fernández Navamuel, llega a Tenerife en las Islas Canarias y permanece unos días en la Plaza, dándole tiempo de visitar el Aeródromo de Los Rodeos, conociendo del Aero Club de Tenerife, su estructura y organización. En esos momentos en la península ya era Jefe de Vuelos del Aeropuerto de Madrid y su propósito era averiguar de primera mano todo lo relacionado con la aviación en Tenerife e islas.

       Así, a principios de 1.935 realiza en un permiso otro viaje a Tenerife, al mes siguiente otro, pero lo que intenta es quedarse más tiempo para echar a andar sus trabajos aeronáuticos relacionados con el Aeródromo de Los Rodeos.

      En su último viaje en barco "Villa de Madrid" procedente de Cádiz llega al archipiélago con una avioneta en sus bodegas. Una vez desembarcado llama al Aero Club para informar de sus intenciones de aterrizar unos días más tarde en Los Rodeos.
En su boda vestido de militar
Rokiski de Aviación II República Española
Eloy Fernández Navamuel en Tenerife
Realizados unos arreglos en la aeronave en alas y motor, parte del Aeródromo de Gando, acompañándole el Periodista de "La Prensa" D. Domingo Navarro y Navarro, después de dar unas vueltas por las islas y aterriza en el Aeródromo de Los Rodeos donde le recibe el Presidente del Aero Club y diversos miembros y representantes de las islas. Pasados unos días de su llegada, Navamuel ofrece su aeronave y experiencia de piloto al que quiera disfrutar de vuelos sobre las islas. Los miembros del Aero club tenían preferencias, pero era para cualquier persona interesada en volar. En el primer mes tiene anotados 189 vuelos y un festival aéreo a beneficio del Asilo Victoria.

        En sus vuelos diarios tiene un accidente por falta de combustible que le produce ligeras magulladuras y desperfectos en la hélice de la aeronave. Lo guarda en un hangar de Los Rodeos, pero el Cabildo sufraga los gastos y su nueva puesta a punto. Regresa a la península a Madrid para poder crear la "Escuela de Pilotos Aviadores de Tenerife" y obtener los correspondientes permisos y autorizaciones. Regresa de nuevo llevando consigo una avioneta, con la cual daría las clases de pilotaje en el “Aero Club Popular de Tenerife”, creado por él mismo.  Ya logra tener aparatos "Havilland" de doble mando. En un puñado de meses logra ya el millar de vuelos. Recibe infinidad de homenajes en las islas como propulsor de la aviación en el archipiélago. El nuevo año no fue de muy buenas noticias. Un fuerte temporal destrozó el hangar donde se guardaban las aeronaves, quedando inservible su avioneta y con grandes desperfectos las de la Escuela, se intentaron hacer suscripciones y hasta se pidió al Cabildo una subvención, pero el piloto volvió a la península sin ver arregladas las naves, dejando atrás unas islas que les habían acogido con cariño y que ya nunca volverían a pisar.
      Como todos sabemos en verano del 1.936, estalla la Guerra Civil Española. Navamuel se ve sorprendido en casa de su hermano en Llanes (Asturias). Desde ese momento se pone de parte del Gobierno Republicano, regresando a Torrelavega (Cantabria) para dirigir el Comité de Defensa. La guerra continua y Navamuel acude al frente de batalla. Con un bimotor C/N54 derriba varias aeronaves enemigas en el frente de Asturias, Cantabria, Palencia y Madrid, tal es el mérito que es ascendido a Capitán y más tarde a Comandante Jefe, encuadrado en la 54 División del Norte.
Desfile militar en Torrelavega 20 de Mayo 1937. El
presidente del consejo interprovincial de Santander,
Palencia y Burgos, Juan Ruiz Olazaran (con traje y corbata)
junto al piloto D. Eloy Fernandez Navamuel, a su izquierda.
Delante del Ayuntamiento de la ciudad, antigua casa
palacio de D. Gervasio Herreros.
Navamuel en la zona de Burgos, frente norte
     Pero en agosto de 1.937, las tropas sublevadas entran en Torrelavega como paso previo a la toma de Santander. Ese día despega con su aeronave, acompañado de su hermano José, de la playa de Oyambre, cerca de Cóbreces (Cantabria), en esa que aterrizo el "Pájaro Amarillo" primer vuelo transoceánico entre EEUU y España en 1.929, en donde iba a bordo el primer polizón conocido en la historia de la aviación.

     Tras dos horas de vuelo y ya sin combustible aterrizan en el Aeródromo de Biscarrosse en Francia, con el propósito de pasar a Cataluña y seguir luchando en el frente, le es impedido el paso a España acusado de deserción, a pesar de demostrar que sus ideas eran republicanas. Ante esto se instala con su mujer e hijos en Burdeos, hasta que en 1.939 pone rumbo a la República Dominicana.

      Allí colabora en revistas especializadas de aviación y obtiene el título de Ingeniero Civil. Pasa en 1.947 a Venezuela como Jefe de Construcción del Estado de Aragua y lleva a cabo obras ligadas a carreteras, viviendas e iglesias, como la de la Tanaguarena, por lo que le conceden el Premio nacional de Arquitectura.


     Su deseo de volver a España y a su querida Torrelavega, siempre estuvo en su mente, pero siempre se le denegó su permiso para volver, finalmente en 1.963 se le autoriza volver y se queda en principio en Madrid, además regresa aquejado de un cáncer de pulmón.

     Un año más tarde en 1.964 fallece en la capital de España a la edad de 65 años. Sus restos reposan en su querida tierra de Torrelavega en el panteón familiar del cementerio de Geloria.


     Costará mucho encontrar  entre los hijos de la ciudad de Torrelavega una vida tan apasionante, plena de hazañas y emociones como la del aviador Eloy Fernández Navamuel, dentro de un periodo tan convulso de España, la ciudad del Besaya a esta fecha está en deuda con Eloy Fernández Navamuel y el resto de grandes pilotos hijos del pueblo, independiente de sus ideas políticas, aquí valoramos la persona y su profesionalidad dentro del mundo de la aviación.
Agradecimientos y créditos a:

El Diario Montañés de Cantabria, Diario La Prensa de Tenerife, Tertulia
Amigos del 25 de Julio en Sta. Cruz de Tenerife, Universidad de Cantabria,
Jesús Gutiérrez Llano, Miguel A. García Agüero, Maxi Agüero Pruneda,
Miguel A. Noriega y amigos de la aviación de la época.